Celebrar el Día de la Tierra en pleno calentamiento global y, todavía, siendo asolados por la pandemia de Covid-19 podría parecer irónico, pero no lo es. Justamente este año 2021, el festejo internacional se centró en una idea que debería ser clave para todos: “Restaurar nuestra tierra”.
Es trabajo de todos contribuir con nuestro granito de arena, siendo copartícipes en la labor de regeneración de la naturaleza, pero hay que conocer bien la balanza de responsabilidades: No es de extrañar que las 10 empresas que más contaminan el mundo sean, en su mayoría, petroquímicas que se encargan de extraer, refinar y proveer petróleo y sus derivados. Y tampoco es raro que las 10 marcas (entiéndanse como compañías de consumo) que contaminan el agua estén ligadas al uso de plásticos de un solo uso. El granito de arena no es igual para la sociedad que para las empresas.
La sociedad civil, en mayor o menor medida, está tomando medidas individuales para ayudar a detener el calentamiento global; reciclando, tomando el transporte público, reutilizando materiales, adoptando el uso de energías renovables y aplicando alternativas ecológicas de movilidad vial ayudan y son positivas, pero lo cierto es que las acciones de alto impacto las deben aplicar las industrias, como principales contaminantes mundiales, y los gobiernos, quienes deben crear y aplicar leyes que limiten y sancionen la contaminación excesiva.
De nada sirve crear foros mundiales, como el Protocolo de Kioto o el Acuerdo de Paris, donde se firmen pactos y se fijen objetivos, si los países miembros harán poco o nada por cumplir las metas, o si sus intenciones no son suficientemente ambiciosas para mediar el impacto ambiental. El poderío económico, político y social de las empresas ha alcanzado un peso exagerado en los países, esto obliga a los gobiernos a proponer medidas tibias a fin de no tener que lidiar con las compañías.
La Conferencia para el Cambio Climático de las Partes (COP) en su edición No. 26, que será celebrada en Glasgow hará un llamado a unir fuerzas con la sociedad civil, empresas, gobiernos para inspirar a la acción climática apoyándose en figuras como Greta Thunberg, que a ultimas fechas ha reclamado a los políticos que “usen su sentido común” y Xiye Bastida, quién ha denunciado a empresas de perpetuar prácticas como el greenwashing (término utilizado para hacer ver las malas prácticas de empresas como “respetuosas con el medio ambiente” pero en realidad no lo son), entre otros notables ambientalistas.
Las cosas deben cambiar, nuestro modo de vida debe cambiar. Es ingenuo pensar que el cambio climático y la descontaminación de la tierra sucederá sin que la vida de todas las personas cambie, pero de no hacerlo las generaciones futuras no tendrán un mundo sano donde vivir.
Lo que detiene la transformación es que pocas personas quieren dar el primer paso, y nadie quiere hacer sacrificios, pero no hacerlos significa algo mucho peor y quizás no vivamos para sufrir las consecuencias nosotros mismos. El clima y el planeta tierra funcionan con una especie de intercambio: no se puede obtener nada sin primero dar algo a cambio.
Es muy importante asistir, informarte y discutir en las cumbres climáticas, de manera online y presencial, donde las figuras más representativas de la lucha contra la contaminación y el cambio climático hablan, denuncian y proponen acciones en favor del planeta tierra. Este año se planteó el reto de “aplanar la curva” de la contaminación, haciendo alusión a los contagios de coronavirus, muy presente en el vocabulario actual de la gente, y cuentan contigo para lograrlo.
Thona Seguros, como Empresa Socialmente Responsable, opera con los niveles óptimos de ahorro de energía eléctrica, agua y ahorro de papel, e invita a sus contrapartes a hacer lo mismo por el planeta tierra, pues esto significa dejarles un lugar mejor a las generaciones futuras.